Rapa Nui
La isla misteriosa
La Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui, tiene un origen relativamente reciente para la escala de tiempo geológica, estimado en unos 3 millones de años atrás (aunque algunas fuentes sugieren menos) y atribuido a erupciones antiguas y secuenciales de sus tres volcanes principales, el Terevaka (punto más alto de la isla), el Poike (volcán más antiguo), y el Rano Kau (cráter volcánico más grande), los que, antaño, se encontraban separados (no formaban parte de un mismo territorio), pero que tras diversos períodos de actividad volcánica fueron dándole forma a la isla mediante la lava repartida entre el mar y los espacios libres que dejaban (Ramírez, 2017; Hernández, 2010; Mahinatur, 2018; Parque Nacional Rapa Nui, 2018). Si bien en la modernidad el lugar no cuenta con una fauna muy diversa en comparación a otras zonas del mundo (Imagina, 2013), se sabe que hasta hace tan sólo unos cientos de años albergaba diversas poblaciones de aves endémicas que actualmente se encuentran totalmente extintas, la mayoría de las cuales son conocidas por vestigios provenientes del sitio arqueológico Ahu Naunau, que data de un rango de tiempo que comprende entre 900 y 650 años atrás, por lo que no son considerados fósiles, sino más bien "subfósiles" (restos biológicos cuyo proceso de fosilización no está completo), pues no poseen una antigüedad tan grande (Canto et al., 2018).
David Steadman fue unos de los primeros científicos en estudiar restos de animales extintos de la isla, entre los que pudo identificar dos especies de loros (Psittacidae sp. nov.) que representarían nuevos taxones para la ciencia y serían endémicas de Rapa Nui, sin embargo, este registro nunca fue descrito con mayores detalles y, hasta la fecha, ambos ejemplares no han sido bautizados como especie (Steadman, 1995; Canto et al., 2018; Marin y Caceres, 2010).
Destaca así mismo un espécimen de lechuza (Tyto sp. indet.), el cual, al igual que los loros, sería una nueva especie no descrita con anterioridad y extinta de Isla de Pascua, siendo una de las pocas aves depredadoras endémicas que habitaron el lugar (Steadman, 1995; Marin y Caceres, 2010). Aproximadamente seiscientos años después, en 1958, Felipe Pakarati introdujo a la isla seis individuos de la especie Tyto alba desde Valparaíso, con la intención de controlar la población de ratones, sin embargo, estas acabaron muriendo al poco tiempo por razones desconocidas, aunque se piensa que probablemente se deba a la falta de un medio ambiente adecuado para ellas, pues, cuando la especie endémica habitó la isla, esta se encontraba llena de bosques con diferentes tipos de árboles, pero su situación actual es muy diferente (Marin y Caceres, 2010; Ramírez, 2017).
Steadman (1995) también mencionó la presencia de dos miembros de la familia Rallidae, interpretados por él como nuevas especies (de igual forma que las aves mencionadas anteriormente), pudiendo identificar a una de ellas como un individuo del género Porzana (P. sp. nov.) y a la otra sólo a nivel de familia (Rallidae sp. ind.). Es importante destacar que las tagüitas del género Porzana no cuentan actualmente con representantes en el Chile continental (Marin y Caceres, 2010; Canto et al., 2018).
Para finalizar con la fauna endémica extinta del lugar, puede mencionarse el descubrimiento de nuevos taxones de garzas (Ardeidae sp. nov.) y una fárdela (Procellariidae sp. nov.), aunque sus restos no han sido descritos ni figurados apropiadamente (al igual que todos los vestigios expuestos con anterioridad), sino que sólo se les ha referenciado en diversos trabajos (Steadman, 1995; Canto et al., 2018; Marin y Caceres, 2010).
Por otro lado, múltiples investigaciones han sacado a la luz restos de especies como el petrel-paloma de pico ancho (Pachyptila vittata), el petrel-paloma chico (Pachyptila turtur), el petrel plateado (Fulmarus glacialoides), el petrel azulado (Halobaena caerulea), la fárdela blanca de Juan Fernández (Pterodroma externa), la fárdela negra (Puffinus griseus), la fárdela negra de patas pálidas (Ardenna carneipes), la fárdela de frente blanca (Pterodroma lessoni), la fárdela de alas grandes (P. macroptera), otra especie de fárdela indeterminada (Procellaria sp.), la golondrina de mar polinésica (Nesofregetta fuliginosa), el ave del trópico de cola blanca (Phaethon lepturus), el gaviotín ártico (Sterna paradisea) y al menos una especie de albatros, aunque estos animales no llaman mucho la atención debido a que, a pesar de que en la modernidad ya no se encuentran en la isla, pueden hallarse en otras zonas cercanas del mundo continental, pues simplemente dejaron de anidar en el lugar (Canto et al., 2018; Marin y Caceres, 2010).
En cuanto a mamíferos, se conocen vestigios que van desde los 500 a 1000 años de antigüedad (Holoceno) en bahía Anakena, pertenecientes a ratas (Rattus exulans), focas (Hydrurga leptonyx e individuos indeterminados) y delfines (Delphinus delphis) que fueron cazados para el consumo humano y rituales religiosos, como parecen demostrar los registros provenientes de Ahu Naunau y Vai Uri (Steadman et al., 1994; Orliac et al., 2020). Los restos de estos animales en la isla sólo han sido mencionados superficialmente en pocos trabajos, con excepción de algunos huesos asignados a Delphininae indet. que han podido ser estudiados y descritos con más detalles por Orliac et al. (2020).
Se especula que la extinción de las especies aviares endémicas mencionadas se debió a la masiva tala de árboles llevada a cabo por los antiguos pascuenses (posiblemente orientada a la fabricación de viviendas, cremación, obtención de leña e incluso para la construcción y el traslado de los famosos moáis), lo que, sumado al consumo de su carne, habría acabado provocando uno de los ejemplos más extremos de colapso ambiental en el mundo, pues se sabe que la Isla de Pascua poseyó alguna vez bosques de árboles altos en donde estas aves prosperaron, sin embargo, tras los primeros tiempos de colonización humana, acabó transformándose en un terreno árido y baldío, con un reducido número de criaturas terrestres habitándola (Marin y Caceres, 2010; Canto et al., 2018; Kristof, 2018). Otros investigadores agregan también como principal causa de la deforestación la introducción y proliferación de la rata polinesia (Rattus exulans), que llegó a Rapa Nui junto a los primeros habitantes humanos hacia el año 1200 d. C. y probablemente consumió gran parte de los frutos arbóreos, provocando una reducción dramática de la población de árboles tras sólo 600 años (Hunt y Lipo, 2009).
Estudios antracológicos y del polen fósil de la isla han permitido la reconstrucción de un paleoambiente lleno de una palma similar a la chilena, con racimos de pequeños coquitos, y especies endémicas como el famoso toromiro (Sophora toromiro), el hau hau (Triumfetta semitriloba), que aportaba fibras para las cuerdas, el marikuru (Sapindus saponaria) y el toi (Alphitonia zizyphoides), que poseía troncos firmes de 20 m de largo que servían para hacer canoas y mover moáis. De todas esas especies, solo sobreviven en Rapa Nui algunos ejemplares de hau hau y marikuru en la actualidad (Ramírez, 2017).
Referencias:
Canto, J., Fariña, R., Nielsen, S., Chávez, M., Moreno, K., Carrillo, J. y Becker, C. (2018). La Biodiversidad Extinta de Chile. Biodiversidad de Chile: Patrimonio y Desafíos, pp.58-69. https://www.researchgate.net/publication/332849351_La_Biodiversidad_Extinta_de_Chile
Hunt, T. y Lipo, C. (2009). Revisiting Rapa Nui (Easter Island) ''Ecocide''. Pacific Science, vol. 63 (N°4), pp. 601-616. https://www.researchgate.net/publication/255726745_Ecological_Catastrophe_and_Collapse_The_Myth_of_'Ecocide'_on_Rapa_Nui_Easter_Island
Hernández, J. (2010). Moáis de la Isla de Pascua, (Eastern Island) Rapa Nui. Recuperado de: https://www.jmhdezhdez.com/2019/08/moai-isla-de-pascua-moais-historia-dibujo-dibujos-la-cuantos-hay-misterio.html
Imagina (2013). Fauna de Isla de Pascua. Recuperado de: https://imaginaisladepascua.com/fauna-de-isla-de-pascua/
Kristof, N. (2018). A Parable of Self-Destruction. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2018/03/17/opinion/sunday/easter-island-climate-change.html?action=click&pgtype=Homepage&clickSource=story-heading&module=opinion-c-col-right-region®ion=opinion-c-col-right-region&WT.nav=opinion-c-col-right-region
Marin, M. y Caceres, P. (2010). SOBRE LAS AVES DE ISLA DE PASCUA. Boletín del Museo Nacional de Historia Natural, vol. 59, pp. 75-95. https://www.researchgate.net/publication/329567019_SOBRE_LAS_AVES_DE_ISLA_DE_PASCUA
Mahinatur (2018). Formación geográfica de Isla de Pascua. Recuperado de: https://www.mahinatur.cl/volcanes-isla-de-pascua/
Orliac, M., Orliac, C., Orliac, M. y Hautin, A. (2020). A delphinid petrosal bone from a gravesite on Ahu Tahai, Easter Island: taxonomic attribution, external and internal morphology. Morpho Museum. https://hal.science/hal-03048902/document
Parque Nacional Rapa Nui (2018). Geografía de Isla de Pascua - ¿Cómo se formó la isla? Recuperado de: https://www.parquenacionalrapanui.cl/informacion-isla-de-pascua/geografia/
Ramírez, J. (2017). La colección Isla de Pascua del Museo de Historia Natural de Valparaíso. Colecciones Digitales, Subdirección de Investigación, Dibam. https://www.mhnv.gob.cl/636/articles-78393_archivo_PDF.pdf
Steadman D., Vargas, P., Cristino, C. (1994). Stratigraphy, chronology, and cultural context of an early faunal assemblage from Easter Island. Asian Perspectives, vol. 33 (N°1), pp. 79-96. https://scholarspace.manoa.hawaii.edu/server/api/core/bitstreams/89e8bc6e-ab47-4bee-a695-85b898b62111/content
Steadman, D. (1995). Prehistoric Extinctions of Pacific Island Birds: Biodiversity Meets Zooarchaeology. Science, vol. 267 (N°5201), pp. 1123-1131. https://www.researchgate.net/publication/6051748_Prehistoric_Extinctions_of_Pacific_Island_Birds_Biodiversity_Meets_Zooarchaeology