Isla Vega

La tierra de los dragones de hielo

La Isla Vega es la más septentrional del grupo de la Isla James Ross y fue llamada así por el Dr. Otto Nordenskjöld, comandante de la Expedición Sueca de los años 1901-1904, aparentemente haciendo alusión al barco "Vega" usado por su tío, el Barón A. E. Nordenskjöld, quien fue el primero que pasó por el paso Nordeste en los años 1878-1879 (AADC, 2020). En este lugar se han hallado diversos fósiles datados para finales del Cretácico y comienzos del Paleógeno, contando con una de las colecciones fósiles más impresionantes y diversas de la Antártida (Reguero et al., 2013).

Exploración en Isla Vega. Fuente: Laboratorio de Paleoecología Universidad de Chile (2018).
Exploración en Isla Vega. Fuente: Laboratorio de Paleoecología Universidad de Chile (2018).

Entre los pocos dinosaurios no avianos hallados en la isla destaca un pequeño ornitisquio identificado por Hooker et al. (1991) como un miembro de Hypsilophodontidae (Reguero et al., 2013), una familia de dinosaurios bastante controvertida y considerada generalmente como inválida por algunos científicos en la actualidad, quienes agrupan ahora a los antiguos taxones que formaban parte de ella en la familia Parksosauridae, que incluye a la subfamilia Thescelosaurinae, la que, a su vez, recupera al clado Elasmaria según algunos autores (Boyd, 2015), grupo que cuenta con otros representantes descubiertos en Antártida (principalmente en la Isla Ross) (Rozadilla et al., 2016).

El segundo ornitópodo de Isla Vega corresponde a un ejemplar de la familia Hadrosauridae, más conocidos como dinosaurios "pico de pato", siendo el primero de su grupo hallado en Antártida. Estos herbívoros de grandes dimensiones fueron reportados después en otras islas cercanas, como Isla Ross e Isla Seymour, además de contar con representantes en la Patagonia Chilena, lo que sugiere una conexión entre el sur de Chile y el territorio antártico durante esta época (Simarski y Borg, 1998; Reguero et al., 2013; INACH, 2018). 

Destaca además uno de los pocos descubrimientos de pterosaurios en el continente congelado, se trata de un posible azdárquido o pteranodontiano de hasta 4,9 metros de envergadura que demuestra que en este lugar también existieron reptiles voladores impresionantemente grandes. El fósil fue recuperado de escombros del incendio del Museo Nacional de Brasil, ocurrido en 2018 y que devastó gran parte de sus colecciones (Kellner et al., 2019; Pickrell, 2019).

Por otro lado, se tiene conocimiento de una amplia galería de reptiles marinos en la isla, destacando diversos plesiosaurios de la familia Elasmosauridae, incluyendo especies indeterminadas (Reguero, 2013) y nuevos taxones como Vegasaurus molyi, de hasta 6.7 metros de longitud (O'Gorman et al., 2015; El Cordillerano, 2015). Un estudio realizado por O'Gorman et al. (2018) sacó a la luz nuevos restos de un elasmosáurido, pero esta vez se trataría de un tipo muy diferente a los hallados previamente en el continente blanco, pues se diferencia notoriamente de las formas aristonectinas que se suelen encontrar en el lugar, siendo identificado por el equipo como un Weddellonectia indet.

También se han hallado múltiples tipos de mosasaurios, entre los que se encuentran ejemplares referenciados como Liodon sp.Plioplatecarpus sp.HainosaurusMosasaurus cf. lemmonieri, pertenecientes a las subfamilias MosasaurinaePlioplatecarpinaeTylosaurinae (Reguero et al., 2013).

Otros fósiles que han llamado la atención en este sitio antártico son los de aves de la época de los dinosaurios, destacando la especie Vegavis iaai del grupo de los Anseriformes, clado que agrupa actualmente a los miembros de Anatidae, que incluye a los patos y gansos modernos (Clarke et al., 2005). Con el descubrimiento de un esqueleto casi completo de esta ave se ha logrado establecer la familia Vegaviidae, que contiene también a las especies Neogaeornis wetzeli (descubierta en territorio chileno), Polarornis gregorii Australornis lovei, esta última del Paleógeno de Nueva Zelanda, lo que demuestra que estos dinosaurios lograron sobrevivir a la extinción de finales del Cretácico (Agnolín et al., 2017).

Referencias:

Australian Antarctic Data Centre AADC (2020). Vega, Isla. Recuperado de: https://data.aad.gov.au/aadc/gaz/display_name.cfm?gaz_id=106426

Agnolín, F., Brissón, F., Chatterjee, S., García, J. y Novas, F. (2017). Vegaviidae, a new clade of southern diving birds that survived the K/T boundary. The Science of Nature, vol. 104 (N°87). DOI: https://doi.org/10.1007/s00114-017-1508-y

Boyd, C. (2015). The systematic relationships and biogeographic history of ornithischian dinosaurs. PeerJ - Life and Environment, vol. 3, e1523. DOI: https://doi.org/10.7717/peerj.1523

Clarke, J., Tambussi, C., Noriega, J., Erickson, E. y Ketcham, R. (2005). Definitive fossil evidence for the extant avian radiation in the Cretaceous. Nature, vol. 433, pp. 305-308. DOI: https://doi.org/10.1038/nature03150

El Cordillerano (2015). Hallan una nueva especie de plesiosaurio en la Antártida. Recuperado de: https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2015/07/04/14779-hallan-una-nueva-especie-de-plesiosaurio-en-la-antartida

INACH (2018). Patagonia fósil: Guía paleontológica del cretácico Magallánico. Recuperado de: https://drive.google.com/file/d/1nG5oVeIheyM52bh9uiKzy8PQ_GbvQL1O/view

KELLNER, A., COSTA, F., WEINSCHÜTZ, L., FIGUEIREDO, R., DE SOUZA, G., BRUM, A., ELEUTÉRIO, L., MUELLER, C. y SAYÃO, J. (2019). Pterodactyloid pterosaur bones from Cretaceous deposits of the Antarctic Peninsula. An. Acad. Bras. Ciênc., vol. 91 (N°2), e20191300. DOI: https://doi.org/10.1590/0001-3765201920191300

O'Gorman, J., Salgado, L., Olivero, E. y Marenssi, S. (2015). Vegasaurus molyi, gen. et sp. nov. (Plesiosauria, Elasmosauridae), from the Cape Lamb Member (lower maastrichtian) of the Snow Hill Island Formation, Vega Island, Antarctica, and remarks on Wedellian Elasmosauridae. Journal Journal of Vertebrate Paleontology, vol. 35 (N°3), e931285. DOI: https://doi.org/10.1080/02724634.2014.931285

O'Gorman, J., Coria, R., Reguero, M., Santillana, S., Mors, T. y Cárdenas, M. (2018). The first non-aristonectine elasmosaurid (Sauropterygia; Plesiosauria) cranial material from Antarctica: New data on the evolution of the elasmosaurid basicranium and palate. Cretaceous Research, vol. 89, pp. 248-263. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cretres.2018.03.013

Pickrell, J. (2019). Descubren restos fósiles de un pterosaurio antártico entre los escombros del incendio del Museo Nacional de Brasil. Recuperado de: https://www.nationalgeographicla.com/ciencia/2019/enorme-pterosaurio-antartico-en-un-museo-incendiado

Reguero, M., Goin, F., Acosta C., Dutra, T. & Marenssi, S. (2013). Late Cretaceous/Paleogene West Antarctica Terrestrial Biota and its Intercontinental Affinities. SpringerBriefs in Earth System Sciences, pp. 66. https://www.researchgate.net/publication/244988855_Late_CretaceousPaleogene_West_Antarctica_Terrestrial_Biota_and_its_Intercontinental_Affinities

Rozadilla, S., Agnolin, F., Novas, F., Aranciaga, A., Motta, M., Lirio, J. y Isasi, M. (2016). A new ornithopod (Dinosauria, Ornithischia) from the Upper Cretaceous of Antarctica and its palaeobiogeographical implications. Cretaceous Research, vol. 57, pp. 311-324. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cretres.2015.09.009

Simarski, L. y Borg, S. (1998). New Dinosaur Finds in Antarctica Paint Fuller Picture of Past Ecosystem. Recuperado de: https://www.nsf.gov/news/news_summ.jsp?cntn_id=102864&org=olpa&from=news

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