ALGARROBO

El potencial paleontológico mesozoico de la localidad de Algarrobo, ubicada en el litoral central, tiene muchos años de historia, pues los primeros fósiles de dicho rango de tiempo reportados allí fueron hallados en 1862 por Luis Landbeck, un empleado del Museo Nacional de Santiago que, de hecho, formó la primera colección fosilífera compuesta por vestigios del lugar. Años después, en 1882, el científico  Rudolph Philippi estudiaría también la zona, donde identificó diversos restos de vertebrados que posteriormente mencionaría en su obra "Los fósiles terciarios i cuaternarios de Chile" (escrito con "i" en vez de "y" según se aceptaba en la ortografía de la época) en 1887, dando pie a una serie de estudios posteriores que han puesto en evidencia la importancia que tienen estos materiales (Brüggen, 1915; Otero, 2021).

Este lugar fue probablemente una playa o zona costera (quizás un archipiélago de islas) durante gran parte del Mesozoico, ya que, a pesar de que los fósiles más abundantes del sitio son de animales marinos, han sido hallados también restos óseos de dinosaurios y otras criaturas terrestres que habitaron aquí durante el Cretácico Superior (hace unos 70 millones de años atrás). Uno de estos registros corresponde a una falange ungual perteneciente a un pequeño ornitisquio (probablemente un ornitópodo) aún sin determinar y del que no se tienen muchos más detalles debido a la ausencia de otros materiales del animal (Soto-Acuña et al., 2015; Otero y Soto-Acuña, 2012). Además, recientemente se ha dado a conocer un elemento apendicular que se encuentra en estudio, el que, al parecer, pertenecería a un miembro de Ornithopoda, siendo un ejemplar distinto al Ornitischia indet. mencionado anteriormente (Otero, 2021).

En la misma localidad (Quebrada Municipalidad) se encontraron también dos fragmentos de un hueso apendicular que, debido a su tamaño, podrían pertenecer a un dinosaurio indeterminado de grandes dimensiones (Soto-Acuña et al., 2015). A pesar de que los vestigios anteriores no han podido ser identificados con más detalles, se han encontrado ciertas semejanzas morfológicas en ellos que podrían relacionarlos con titanosaurios, pues poseen características presentes también en huesos de Argyrosaurus superbus, aunque son sólo conjeturas (Otero y Soto-Acuña, 2012). 

Otro hallazgo que llama la atención es el de varios fragmentos de huesos que, en un principio, fueron atribuidos tentativamente a un pterosaurio, por lo que representaban el único registro de este tipo de reptiles voladores en el Chile central y uno de los pocos registrados en todo el país (Otero y Soto-Acuña, 2012; Espinoza, 2015), sin embargo, un reanálisis reciente parece indicar que en realidad pertenecen a un terópodo de pequeñas dimensiones, aunque esto aún continúa en estudio (Otero, 2021).

El lugar cuenta también con fósiles de aves, siendo estos muy fragmentarios, los primeros fueron dados a conocer por Yuri-Yáñez et al. (2010), quienes los dataron para el Paleógeno y los asignaron a Neornithes indet. dos años después (Yuri-Yáñez et al., 2012), sin embargo, nuevos estudios determinaron que en realidad dichos vestigios eran mucho más antiguos, datando en realidad del Maastrichtiano Inferior (al igual que los restos de dinosaurios no avianos del sitio), además, se logró identificarlos como pertenecientes a un Anseriforme indeterminado relacionado muy cercanamente con taxones antárticos como Vegavis iaai y Polarornis gregorii, ambos de la familia Vegaviidae. Esta ave se disputa con Neogaeornis wetzeli de Formación Quiriquina el récord de ser la más antigua conocida en Chile (Soto-Acuña y Otero, 2017; Otero, 2021; Alarcón-Muñoz, 2020).

A pesar de los descubrimientos mencionados anteriormente, los que más abundan en este sitio son los animales marinos, destacando la presencia de miembros de la familia Mosasauridae, gigantescos reptiles acuáticos emparentados con los varánidos modernos que fueron algunos de los depredadores más mortíferos de los mares mesozoicos. Estas criaturas se conocen en el lugar principalmente por dientes que, debido a su condición fragmentaria, no han permitido identificar a nivel de género o especie a los especímenes (Otero et al., 2012; Jiménez-Huidobro et al., 2015), sin embargo, de forma reciente, se han logrado asignar algunos de dichos vestigios a Halisaurinae indet., mencionándose que son formas de unos 3 m de largo (Otero, 2021). Nuevas revisiones han determinado que tres coronas dentales (SGO.PV.6571) provenientes del sitio, que fueron asignadas a Mosasauridae indet., pertenecen en realidad a un pez del género Pachyrhizodus, aunque aún se conoce un diente completo (SGO.PV.6570) que no ha sido reasignado (Jiménez-Huidobro et al., 2015; Otero y Suárez, 2021).

Otros fósiles reportados pertenecen a un plesiosaurio de la familia Elasmosauridae, el cual presenta similitudes morfológicas con un ejemplar hallado en Pelluhue (Loanco, Región del Maule), el que, a su vez, presenta afinidad con Morturneria seymourensis de la Antártida (Otero et al., 2015). También se ha reportado un segundo ejemplar de plesiosaurio que no ha podido ser identificado con más detalles (Otero et al., 2012) y en 2022 han ocurrido hasta tres nuevos hallazgos realizados por lugareños, consistentes en múltiples vertebras que han sido atribuidas informalmente a elasmosaurios por paleontólogos (Giroz, 2022), uno de los cuales pudo ser excavado parcialmente por profesionales a finales de 2023, pudiéndose tratar de una nueva especie nacional (Montes, 2023).

Pueden mencionarse además registros de tortugas, destacando materiales de un ejemplar de la familia Dermochelyidae que han sido asignados recientemente a Pandermochelys indet. (Otero, 2018). Además se conocen otras sin identificaciones tan específicas, como Chelonioidea indet. y Testudines indet. (Otero et al., 2012; Otero, 2021).

En la formación se conocen también múltiples restos de bivalvos, amonites y peces (Arratia, 2015; Otero et al., 2012; Levi y Aguirre, 1962), aunque es el estudio de estos últimos el que más ha destacado en años recientes, pues se han logrado identificar tanto condrictios (incluyendo el primer registro de la familia Echinorhinidae en Sudamérica) (Suárez, 2015; Otero, 2021; Otero y Suárez, 2008) como taxones bastante particulares, entre los que encontramos ejemplares asignados a Pachycormidae indet., Belomostomus longirostris, Pachyrhizodus sp. (ejemplar que fue atribuido erróneamente a Mosasauridae indet. en algunos trabajos) y Enchodus sp. (más conocido como "pez dientes de sable"), todos datados para el Maastrichtiano (Otero y Suárez, 2021). Además, de los estratos cretácicos de esta localidad proviene el primer ejemplar conocido de la especie Ischyrhiza chilensis, que fue ilustrada por Philippi en 1887, siendo asignada erróneamente en ese entonces a Plesiosaurus chilensis, hasta que Wetzel (1930) volvió a describir los vestigios, estableciendo por primera vez al taxón (Otero et al., 2023).

Desgraciadamente, en la actualidad los estratos de los que provienen muchos de estos fósiles se encuentran amenazados por la construcción repentina de un muelle que podría significar un daño incalculable al patrimonio paleontológico de Algarrobo, es por eso que muchos vecinos de la zona se encuentran juntando firmas y realizando grupos de apoyo para frenar este proyecto, así que, si te interesa ayudar de alguna manera a salvar estos sitios patrimoniales, puedes revisar las redes sociales creadas para apoyar la iniciativa en Facebook (Sos Algarrobo) e Instagram (@s.o.s_algarrobo), las que puedes encontrar haciendo click en los enlaces adjuntados. 

Referencias:

Arratia, G. (2015). LOS PECES OSTEÍCTIOS FÓSILES DE CHILE Y SU IMPORTANCIA EN LOS CONTEXTOS PALEOBIOGEOGRÁFICO Y EVOLUTIVO. Publicación Ocasional del Museo Nacional de Historia Natural, vol. 63, pp. 35-83. https://publicaciones.mnhn.gob.cl/668/articles-71125_archivo_01.pdf

Alarcón-Muñoz, J. [Naturalistas Chile]. (22-06-2020). Las aves fósiles continentales de Chile, un registro aún escaso [Archivo de Video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=h3CimDJEccM

Brüggen, J. (1915). El cretáceo de Algarrobo: i las supuestas relaciones entre las formaciones cretácea i terciaria de Chile. Anales de la Universidad de Chile, N°73, pp. 429-441. (https://anales.uchile.cl/index.php/ANUC/article/view/24233/28117)

Espinoza, C. (2015). El mapa de los dinosaurios en Chile. Recuperado de: https://www.latercera.com/noticia/el-mapa-de-los-dinosaurios-en-chile/

Giroz, F. (2022). En algarrobo encontraron segunda vértebra fósil de Elasmosaurio. Recuperado de: https://www.rednoticiasvregion.cl/provincial/en-algarrobo-encontraron-segunda-vertebra-fosil-de-elasmosaurio/2022/06/04/629b9337d6c2d9000ac2e490

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Levi, B. y Aguirre, L. (1962). EL CONGLOMERADO DE ALGARROBO Y SU RELACIÓN CON LAS FORMACIONES DEL CRETÁCICO SUPERIOR DE CHILE CENTRAL. ANALES DE LAS PRIMERAS JORNADAS GEOLÓGICAS ARGENTINAS, vol. 2 (N°17), pp. 417-431. https://bibliotecadigital.ciren.cl/bitstream/handle/123456789/13981/U0491.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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Wetzel, W. 1930. Die Quiriquina-Schischten als Sediment und Paläontologischen Archiv. Palaeontographica (A) 3:49–106.

Yuri-Yáñez, R., Soto-Acuña, S., Otero, R., Gutstein, C. Suárez, M., Sallaberry, A. y Rubilar-Rogers, D. (2010). Nuevos registros de aves fósiles en Chile. II Simposio de Paleontología en Chile. https://www.achp.cl/manejador/resources/iispc.pdf

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